“El mejor truco que inventó el diablo fue convencer al mundo de que no existía” Charles Baudelaire siglo XIX.
¿Por qué tenemos miedo?, ¿por qué nos horrorizan las arañas?, ¿por qué nos sobresaltamos al escuchar un ruido en la noche?, ¿cuántas veces has mirado debajo de la cama?, ¿cuántas veces has creído ver algo en la oscuridad?, ¿cuantas veces te ha recorrido un escalofrío el cuerpo al creer escuchar tu nombre cuando estás solo?.
Monstruos, Muñecas encantadas, payasos maléficos, no muertos, dioses malvados, criaturas aterradoras, seres de otros planetas, etc. todos ellos viven en nuestro imaginario y son parte de nuestro Folklore. Los sociólogos y filósofos atribuyen estas creaciones a la condición humana de crear barreras ante los posibles peligros que les rodean, al miedo a lo que no se puede ver y a la muerte y, por último, a la necesidad de dar explicación a lo que no podemos explicar ni comprender.
Pero escuchad mis palabras, todo esto existe y es tan antiguo como el sol y la luna, no caigáis en la tentación del miedo, en pensar que son invenciones para amedrentar a los niños en las noches de invierno. Desde que el mundo es mundo, el mal campa a sus anchas por la faz de la tierra metiéndose en todos los rincones de nuestro ser. El Folklore es uno de ellos, quizás el elemento más arraigado de nuestra memoria ancestral, que pasa de madres y padres a hijas e hijos. Siempre al acecho, siempre en guardia, siempre expectante, esperando un atisbo de debilidad para aterrorizarnos.
Yo soy el Guardián del Bosque, mi verdadero nombre se perdió en la noche de los tiempos, ni siquiera yo soy capaz de recordarlo. Cada región del basto mundo me ha llamado de forma distinta: Codama, Basajaun, Cenarius, etc. Yo soy vuestra última defensa ante las pesadillas que vuestros folklores han creado. Yo guardo los mitos más horribles de cada rincón de este planeta, en el Bosque de la Verdad, encerrados en los brazos de la Tierra, los árboles del Primer Bosque.
Pero nada detiene al Mal, toda defensa tiene sus momentos de debilidad y algunos de los viejos árboles no aguantaron la presión y han dejado escapar la maldad que encerraban. Ahora campan a sus anchas estos seres abominables esperando a que incrédulos como tu los encuentren. Todos ellos os esperan agazapados en las sombras, deseando devoraros el alma y el sentido, para sumiros en la oscuridad del Terror.
Venid incautos viajeros, venid y os mostraré el camino, el camino que conduce a lo desconocido, el camino que conduce a la oscuridad, el camino que conduce a la más absoluta desolación. Venid, yo os ayudaré a entrar en Folklore, de vosotros depende salir de allí.